Acabo de leer un reportaje indignante, más bien como una bofetada al futuro de nuestro país. Que los niños ya no sueñen con ser médicos, aviadores, veterinarios o superhéroes… sino narcotraficantes es verdaderamente decepcionante y desalentador. Con este tipo de pensamientos por parte del “futuro de México”, no importan las políticas en materia de seguridad, económicas y de educación que el país tome, México está perdido. No importan los esfuerzos del ejército y del gobierno federal por terminar con la guerra y claramentee no importan las personas que han perecido, inocentes y en cumplimiento del deber, por nuestro país.

      Éste tipo de noticias te hacen abrir los ojos. Te hacen darte cuenta de que en efecto la guerra contra el narco no tiene solución a corto plazo; y definitivamente tampoco a largo plazo si los niños quieren ser narcos cuando crezcan. Te hace confirmar que la única forma para vencer en ésta guerra es con una verdadera educación moral. Aquella educación que no se puede dar en la escuela, ni en la iglesia y mucho menos en la calle. Sólo en el núcleo familiar los niños pueden recibir esa educación.

      Aquí hay callejón sin salida. ¿Cómo pueden dar las familias educación moral de calidad a sus hijos sin un empleo digno y bien pagado, que les dé el bienestar que tanto necesitan? Y si el narco es la fuente de trabajo más abundante y mejor remunerada del país, ¿Dónde queda la moral? La moral no te va a dar de comer, y los niños ya se dieron cuenta de eso.

Puedes encontrar el reportaje de Reuters haciendo click aquí. Saludos.
 
      Hoy leí en BBC Mundo un artículo que se me hizo interesante. Trataba sobre el celibato en nuestros tiempos. Empecé a investigar acerca del tema, ¡y cuál fue mi sorpresa! El celibato no siempre ha sido un requisito para la vida consagrada. Hasta el mismo San Pedro Apóstol tuvo esposa.

      Actualmente, vivimos en una sociedad sexual. Desde la publicidad erótica en los talleres de refacción hasta los centros nocturnos en el centro de la ciudad. Se vuelve difícil para los sacerdotes luchar contra éste impulso natural que todos tenemos como seres sexuados.

      Entiendo que la iglesia Católica determine que el voto del celibato es esencial en el sacerdocio y en la vida consagrada. Ya alguna vez algún padre me dijo que si estuviera casado, no podría atender por completo las necesidades de la iglesia. Y es válido. Pero si desde un principio Dios nos creó mujer y hombre, y de una costilla del hombre Dios creó a la mujer, ¿por qué entonces a los hombres consagrados se les niega encontrar su costilla perdida? En ninguna parte del Nuevo Testamento Jesús establece la vida célibe en sus discípulos. Quizá si el celibato fuera opcional como era en tiempos de antaño de la iglesia, no solo se terminaría con la pederastia sacerdotal, sino que además aumentaría el número de personas consagradas.

     Definitivamente uno de los libros que tengo que leer en vacaciones es "The History of Sacerdotal Celibacy in Christian Church" de Henry C. Lea.